El jardín japonés como construcción cultural del paisaje natural no es un fenómeno aislado, pese a tratarse de un hecho de cultura que ha conservado su individualidad en el transcurso de los siglos desde su implantación en Japón procedente de China.
Índice
Introducción: Esto no es un jardín, por Menene Gras Balaguer.
1. ESTÉTICA Y SEMIÓTICA DEL JARDÍN JAPONÉS.
Escenarios de lo bello y lo triste: el jardín japonés y el sentimiento paisaje, por Menene Gras Balaguer.
Filosofía y religión: claves para entender la cultura japonesa, por Carlos Rubio.
Valores estéticos: instrucciones de uso, por Federico Lanzaco Salafranca.
El Furyu como categoría estética, por Alfonso Falero Folgoso.
Estética del paisaje y del jardín japonés, por Pedro Aullón de Haro.
2. DE LA NATURALEZA AL PAISAJE: LA GEOGRAFÍA DE LAS ESTACIONES.
El jardín japonés, apariencia y realidad, por Javier Vives.
Paraísos occidentales, espacios universales: simbología y representación del jardín japonés, por Ovidi Carbonell Cortés.
Del camino en la montaña al camino en el jardín: aproximación fenomenológica al jardín japonés, por Félix Ruiz de la Puerta.
Semántica y metafísica del jardín japonés o los senderos que se bifurcan, por José María Cabeza Lainez.
El diminuto jardín japonés Tsuboniwa como reflejo del alma de Kioto, y un guiño a la arquitectura contemporánea, por Yayoi Kawamura.
El jardín y la casa de té, por Fernando García Gutiérrez.
El jardín japonés: un jardín caligrafiado, por Noni Lazaga.
La poética interior del jardín japonés y el carácter de los japoneses, por Fernando Cid Lucas.
3. GRAMÁTICA DEL JARDÍN: EL AGUA, LA PIEDRA Y EL ÁRBOL.
En torno a una brizna de hierba, por Francisco Javier Ruiz Carrasco.
El jardín japonés visto desde el haiku, por Fernando Rodríguez-Izquierdo Gavala.
El agua en el jardín japonés, por David Almazán Tomás.
La imagen y el sonido del agua en el arte del jardín persa y japonés, por Mana Salehi.
Rocas y flores, por Masatoshi Takebe.
El árbol y la piedra, por Hiroya Tanaka.
Cuando el cerezo florece, por Susana Canogar McKenzie.
Yo curo los árboles y los árboles me curan, por Kan Masuda.
Intuiciones de un occidental sobre los jardines chino y japonés, por Manuel Valencia.
4. EL JARDÍN JAPONÉS COMO CONSTRUCCIÓN CULTURAL.
El temprano descubrimiento del jardín japonés en Occidente, por Elena Barlés Báguena.
Un jardín japonés: topografías del vacío, por Esther Pizarro.
Josiah Conder y la estética demiurga del jardín japonés, por Pilar Garcés.
El karesansui moderno: Mirei Shigemori e Isamu Noguchi, por Darío Álvarez Álvarez.
El jardín seco japonés en la avant-garde del arte, por Pilar Cabañas Moreno.
Sobre la construcción del jardín japonés en la obra de Nicolás Bouvier: la esfera, la luna y el movimiento. Breve liturgia de las aguas, por Lourdes Terrón.
La modernidad intemporal del jardín japonés: Bruno Taur y la modernidad de la Villa Katsura, por Ramón Rodríguez LLera.
Hacia un jardín global, por Miquel Vidal Pla.
Bibliografía, por Oihana Montilla Ojeda.
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Sinopsis
El jardín japonés como construcción cultural del paisaje natural no es un fenómeno aislado, pese a tratarse de un hecho de cultura que ha conservado su individualidad en el transcurso de los siglos desde su implantación en Japón procedente de China. Más bien al contrario, la necesidad de comprenderlo comparativamente desde diferentes perspectivas y culturas parece haberse intensificado con el giro geográfico experimentado en las ciencias sociales durante las dos últimas décadas. El jardín japonés se entiende popularmente como una obra de arte, cuya representatividad contribuye a la construcción de una identidad cultural propia, por medio de la cual se escenifica una proyección social del sujeto o individuo perteneciente a la cultura que lo ha creado. La resonancia polisémica que sugiere su nombre lo convierte en una especie de arquetipo local y universal, que no puede abordarse separadamente sin tener en cuenta sus antecedentes y su finalidad, por ser la expresión de un enjambre de manifestaciones que define o identifica la complejidad de una cultura como la nipona. El arte de los jardines es indisociable de la idea de representación, tanto por el valor simbólico de sus elementos compositivos como por el carácter parlante que por lo general se les atribuye, sea cual sea la esencia de su decir y lo que éstos pueden llegar a comunicar. Por un lado, es una construcción espacial y geográfica que responde a una manera de entender el mundo o cosmología; y, por otro, la representación abreviada de un cosmos que es la expresión de una sociedad humana que construye una imagen de sí misma en un mundo de identidades movedizas y migrantes, reivindicando lo que esta más allá de su carácter efímero para trascender su impermanencia.